miércoles, 27 de septiembre de 2023

 PIDAMOS LA LEGALIZACIÓN DE TODAS DROGAS, CONTROLADAS POR LA CIA LA DEA EL MOSSAD, EN ASOCIACIÓN CON LAS MEGA IGLESIAS NEOPENTECOSTALES PARTIDOS POLÍTICOS Y GRUPOS PRIVILEGIADOS DE PODER, QUE SIMPLEMENTE SON CARTELES 


En enero de mil novecientos treinta y tres se abolían las leyes de la prohibición en los Estados Unidos de Norteamérica con grandes celebraciones por todo el país; el alcohol como todas las demás drogas habían sido legales y se vendían en todas las boticas desde hace más de cinco mil años como medicamentos y otros usos sin que nunca se hubieren presentado problemas de adicción, a menos de un porcentaje muy marginal en todas las poblaciones desde la antigüedad. 

En la actualidad las mafias de narcotraficantes, a partir del éxito financiero obtenido con el tráfico de opio en la India a finales del siglo XlX en China, en las llamadas las guerras del opio en donde el opio era trasladado en las navieras de los Rockefeller para ser procesada en Europa; se comenzaron a prohibir el uso de ciertas drogas y trasladar el "problema creado" a propósito, de ser un problema de salud, para tratarse como un problema de seguridad, emprendiendo desde la primera mitad del siglo XX, una "guerra contra las drogas" al mejor estilo puritano norteamericano que lo escondía en esta oportunidad era el privilegio de poder comercializarlas por aquellos que, hoy por hoy, constituyen los clanes más poderosos de esa nación, a saber, los Kennedy, los Bush, los Rockefeller, los clinton y otros junto con las cinco familias mafiosas italoestadounidenses, a saber, Bonanno, Genovese, Gambino Colombo Lucchese a partir de la asociación del propio gobierno de dicha nación con tales familias durante la segunda guerra mundial.

Debe observarse que desde la primera como en la segunda grandes guerras, la guerra de Corea, Viet Nam y demás guerras, todas han sido financiadas por Wall Street (los dos bandos en todos los casos) por banqueros como Rockefeller, los Rothschild, que siempre han participado de ésta manera, provocando conflictos, a saber, golpes de estado, revoluciones, guerras, etcétera y en dichas guerras se ha obligado a los soldados a inyectarse morfina y consumir drogas, para crear nuevos drogadictos y consumidores en las ciudades a la hora de su regreso al final de las guerras. 

En Latinoamérica no nos hemos escapado de todo esto con la llamada guerra fría y luego la "guerra contra las drogas" que se ha vuelto una guerra interminable que ha matado más personas por el comercio de las mismas que por la propia adicción y mucho más que las guerras del Golfo y de Afganistán, siendo además que los carteles que son controlados por los órganos de inteligencia como la CIA, la propia DEA o el Mossad israelí, controlan además a las mega iglesias neopentecostales cristianas venidas a América Latina desde los años setentas de manera sincronizada. 

A pesar de que se han hecho innumerables experimentos que demuestran que no son las drogas las que crean adicción sino el medio social en donde habitan los posibles adictos, a saber, ratones en dos medios distintos, un grupo muestral en buenas condiciones y otro en malas condiciones de vida, que puede repetirse y que arroja siempre los mismos resultados en los que se muestra que es el medio y no el individuo lo que permite la diferencia entre el adicto y el que no lo es; los gobiernos aliados con los medios de prensa y la publicidad, no han permitido que las drogas se legalicen por representar un magnífico negocio casi monopólico que le permite a unos cuantos privilegiados el mercado exclusivo de tales productos. 

Sin embargo, uno de los efectos colaterales que produce el privilegio de comercializar drogas hacia un pequeño grupo de privilegiados es que constituye de facto un ataque directo al sistema de la libre competencia, puesto que quienes no gozan de tales privilegios, a saber, comercialización, blanqueo de capitales y goce de impunidad en todo tipo de delitos, no pueden competir de ninguna manera con las corporaciones que tienen tales privilegios puesto que el negocio de tales corporaciones no consiste en el producto o servicio que publicitan, sino que tal negocio únicamente una fachada, a la que denominan un cartel, y son estos carteles los que financian a la prensa en general abiertamente o por medios más discretos. 

Basados en el puritanismo hipócrita la prensa financiada por los carteles aparenta honorabilidad pidiendo todo el tiempo que no legalicen las drogas y fomentando el negocio, puesto que saben perfectamente que si legalizan las drogas y las tratan como un problema de salud, se termina el negocio; por ejemplo, un kilogramo de cocaína puesto en New York no podría exceder de dos o tres dólares americanos e igual sucedería con todas las drogas; es lo mismo que sucede con las farmacéuticas, protegidas por las patentes en donde las utilidades se computan en mil, dos mil, cinco mil o más por ciento, tal que, una píldora de cualquier producto farmacéutico la mayoría de veces, no cuesta más de unos cuantos centavos.

Por lo tanto, deberíamos de exigir a las autoridades sobre todo - norteamericanas - que se eliminen las patentes de las drogas y se legalicen de una vez por todas a las drogas que causan adicción, para eliminar todos esos privilegios que no permiten una libre competencia y fomentan una economía de privilegios que es una economía corrupta basada en el crimen organizado, la economía de déficit o de deuda (la moneda es deuda) y la economía de guerra. 

HAN TERMINADO CON LA LIBRE COMPETENCIA 

VER VIDEO: https://www.youtube.com/watch?v=-HkGhRNeMlg

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