martes, 10 de octubre de 2023

 EL SUCIO NEGOCIO DE LA GUERRA


La casa Rothschild se ha estacado desde las guerras napoleónicas de crear conflictos o guerras y financiar a ambos bandos o a todos los involucrados como manera de incrementar su fortuna - el negocio de la guerra. 

El ataque de Hamas (grupo armado, creado por Reagan y financiado por el gobierno americano) no es más que una excusa muy bien planificada, como afirmara Rubén Luengas en su programa de ayer, que yo postee, con el objeto de formar de una vez por todas lo que ellos llaman el gran Israel (recordemos que se trata de un Israel Trust Company) que ha vivido por más de setenta años del subsidio de los contribuyentes por medio de la ONU y los países aliados, ya que como afirma Luengas nunca ha sido su  intención quedarse en Palestina sino adueñarse de Líbano (con Líbano ya comenzó), Libia, Irán, Egipto y todo medio oriente, por lo cual, podemos esperar que de una vez por todas arrasen y se adueñen de toda la franja de Gaza, con el apoyo de los Estados Unidos, por aire, mar y tierra, al cual ya se sumó Alemania. 

Lo interesante de este asunto es que el once de septiembre, previamente el presidente Biden descongeló seis mil millones de dólares al régimen iraní, según declaraciones de Putin y que es, hacia donde se estima que, va a escalar el conflicto, porque recordemos que la industria armamentista; de manera que son miles de millones en armamento, los que en estos momentos se dirigen a Israel desde los Estados Unidos y recordemos que de acuerdo a WikiLeaks que presento miles de documentos oficiales que lo comprueban, fueron los mismos Estados Unidos y la familia Bush, Reagan y Carter, concretamente quienes financiaban y entrenaron a Osama Bin Laden (Le Monde en español) 

Contrasta con la información sobre que Joe Biden - que, a la hora del ataque de Hamas - se encontraba celebrando en Casa Blanca con una gran barbacoa. Recordemos que los Estados Unidos de Norteamérica desde su fundación, siempre ha estado en guerra, excepto ocho años, empero que fueron ocho años en los que siempre participó en derrocamiento de gobiernos, revoluciones y otros conflictos.

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